sábado, 2 de marzo de 2013

¡¡SORPRESA!!

El fin de semana pasado tenía lugar la temida fecha,23F, que a parte de ser el día del golpe de estado y que este año el marido de la infanta fuera a declarar (eso me importa más bien poco), era MI TREINTA CUMPLEAÑOS. Para mí era difícil eso de cambiar de número, del 2 al 3, uff ¡qué mayor! Porque cuando la gente te pregunta la edad dices veintitantos, pero treinta no me sonaba nada bien.
Como ya os he comentado ando algo liadilla con las fiestas falleras y no tengo tiempo para casi nada. Ese fin de semana, el de mi cumple tenía por la tarde cridà fallera y por la noche cena con todas las comisiones en un restaurante, por tanto mi cumple y el de mi buena amiga Majo lo tuvimos que celebrar (como viene siendo costumbre) en el restaurante. 
Yo ya no esperaba más celebración puesto que me habían hecho todos los regalos: unos zapatos de Pepe Jeans, mi hermana; unas botas, mi chico; dos vestidos, mis padres y mi abuela; un bolso precioso y exclusivo (click tiene cosas muy bonitas) de una buena amiga; otro bolso de mi cuñado y un jersei de mis amigos. 

Pero el domingo por la tarde cuando llegamos a casa mi chico me dijo que si me apetecía podríamos ir a visitar a sus abuelos ya que después íbamos a casa de sus padres para recoger unas telas de disfraz. Yo acepté (ingenua de mí). Estuvimos un rato con sus abuelos y nos dirigimos a casa de mis suegros que está en el campo. Yo bajé, como de costumbre, a abrir la puerta y en seguida corrí hacia la puerta porque hacía muchísimo frío. Un minuto antes le había estado comentando a Carlos, que así se llama mi chico, que me moría de hambre y que podríamos cenar en casa de sus padres así no preparábamos la cena. Él había aceptado con una sonrisa que después entendí por qué la había esbozado. 
Cuando llegué a la puerta, vi que estaba abierta ya que como siempre mi suegra cuando nos ve llegar va a abrir la puerta para que entremos rápidamente, pero ese día, cuando abrí la puerta, vi dos mesas llenas de comida y no pude evitar ponerme a llorar cuando me di cuenta que en un lado estaban todos mis amigos y amigas de los que me había despedido por la tarde gritando: ¡¡SORPRESA!! No me lo podía creer, yo que lo huelo todo, que soy capaz de estar en tres conversaciones a la vez, no había sospechado nada de nada. Me di la vuelta y vi a mi chico muy contento y yo continuaba llorando de la emoción... 

Solo puedo decir que la gente que tengo a mi alrededor me hizo sentir la persona más afortunada del mundo, solo hubo un pero, que fue que mis padres no estaban porque mi padre estaba acostado en la cama con fiebre y vómitos, pero colaboraron desde casa con la elaboración de ricos manjares. 
GRACIAS A TODOS MIS AMIGOS POR SER COMO SON, A MIS SUEGROS Y A MIS PADRES, A MI CUÑADO Y A MI HERMANA QUE LOS QUIERO CON LOCURA Y SOBRE TODO A MI CHICO, CARLOS QUE ES EL AMOR DE VIDA. 

Ahora ya puedo darle felizmente la bienvenida a los 30.

5 comentarios:

  1. Me he emocionado yo al leerlo!!

    Cómo escribe de bien mi chica, qué bien nos lo has contado.

    Otra vez muchas felicidades, y me alegra ver que eres tan querida porque realmente lo mereces

    (espero tu papi esté mejor)

    Y a ver si hay post de fotos de regalos, que también molan, jajajaj!

    Un besazo y feliz finde pre-fallas

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  2. Qué maravillosa fiesta sorpresa, yo cumplo los 30 el mes que viene y siento la misma angustia que tú. Me ha gustado mucho leer tu entrada y me ha animado un montón.
    Felices 30.

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  3. Que bonito...
    ¡¡Muchas felicidades!!

    Besitos

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  4. Muchas felicidades! Yo tengo 34 y es verdad que cuando llegas a los 30 como que te quedas plof pero mi consejo es que nos lo tomemos a bien porque pasan volando. Yo parece q fue ayer cuando cumplí 30 y mira! Ahhhhh! Jajaja
    Un beso!

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  5. Ante todo, muchísimas felicidades! Me alegro de que tuvieses una celebración tan inesperada: las sorpresas de ese tipo siempre hacen mucha ilusión.
    Abrazo!

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